En una final vibrante disputada el 26 de abril de 2025 en el Estadio La Cartuja de Sevilla, el Barcelona se alzó con la Copa del Rey al vencer 3-2 al Real Madrid en un Clásico inolvidable que se definió en la prórroga.
Este triunfo marca la 32ª Copa del Rey en la historia del club culé, consolidando su posición como el equipo más laureado en la competición.
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El partido, correspondiente a la 260ª edición del Clásico, fue un espectáculo de intensidad y emociones.
Barcelona tomó la delantera con un gol de Pedri al minuto 28, asistido por el joven talento Lamine Yamal.
Sin embargo, Real Madrid reaccionó en la segunda mitad con goles de Kylian Mbappé y Aurélien Tchouaméni, remontando temporalmente el marcador.
La respuesta blaugrana llegó al minuto 83, cuando Ferran Torres igualó el encuentro, forzando el tiempo extra.
En la prórroga, Jules Koundé se convirtió en el héroe de la noche al anotar el gol decisivo al minuto 115, con un potente disparo que sentenció el partido y desató la euforia entre los 26,000 aficionados culés presentes en Sevilla.
A pesar de las bajas importantes como Robert Lewandowski, el equipo dirigido por Hansi Flick demostró carácter y ambición, dando un paso firme hacia un posible triplete, ya que sigue liderando LaLiga y está en las semifinales de la Champions League.
Este título no solo refuerza la supremacía del Barcelona en la Copa del Rey, sino que también marca un hito en la temporada 2024-25, donde el conjunto catalán ha dominado los enfrentamientos contra su eterno rival, venciendo en los tres Clásicos disputados este año (5-2 en la Supercopa, 4-0 en LaLiga y ahora 3-2 en la Copa).
La victoria, además, tiene un significado especial para Flick, quien en su primera temporada al mando ha revitalizado al equipo, llevándolo a un nivel de juego arrollador y ambicioso.
El Barcelona celebró en La Cartuja su primer título de la temporada, un trofeo que podría ser el preludio de más éxitos en una campaña que promete ser histórica.
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— SportsCenter (@SC_ESPN) April 21, 2025
