Hinchas de Barcelona le dijeron de todo a Vallecilla e hicieron revivir la pesadilla que marcó a Óscar Bagüí

La noche fue amarga para Gustavo Vallecilla en la derrota de Barcelona ante River Plate por la Copa Libertadores.

El zaguero ecuatoriano tuvo una actuación para el olvido, incapaz de contener a los atacantes argentinos, lo que lo convirtió en blanco de las críticas de los hinchas.

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En las redes sociales y desde las gradas, los fanáticos señalaron a Vallecilla como responsable de al menos dos de los tres goles que sentenciaron la caída del Ídolo, desatando una ola de reproches que marcaron su desempeño en el encuentro.

En la segunda mitad, la presión de la hinchada se intensificó hasta volverse insoportable para el defensor.

Cada vez que Gustavo Vallecilla tocaba el balón, un coro de «nooo» resonaba en el estadio, evidenciando el descontento de los aficionados.

Abrumado por los gritos, el zaguero fue captado por las cámaras pidiendo el cambio a Segundo Castillo, visiblemente afectado por la hostilidad.

Esta reacción reflejó el impacto emocional que las críticas tuvieron en su rendimiento, llevándolo a un punto de quiebre durante el partido.

El episodio de Vallecilla trajo a la memoria un caso similar vivido por Óscar Bagüí, otro defensa que sufrió el rigor de la hinchada de Barcelona años atrás.

Durante un partido de presentación, Bagüí enfrentó gritos idénticos que mermaron su confianza y, según él mismo confesó tiempo después, le impidieron mostrar su verdadero nivel.

El exjugador admitió que aquel episodio dejó en él un resentimiento profundo hacia los fanáticos amarillos, marcando un precedente de cómo la presión de la tribuna puede afectar la carrera de un futbolista.

La experiencia de Gustavo Vallecilla no solo pone en evidencia las dificultades que enfrentan los jugadores bajo el escrutinio implacable de los hinchas, sino que también reabre el debate sobre el impacto de las críticas en el desempeño deportivo.

Al igual que Bagüí, Vallecilla podría llevarse un peso emocional de esta noche, lo que plantea interrogantes sobre cómo gestionará este episodio en su carrera.

Para el zaguero, la derrota ante River Plate no fue solo un traspié futbolístico, sino una prueba de fuego en el exigente entorno de Barcelona.