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Menos traje y más fútbol: el malestar de los hinchas de Barcelona con Segundo Castillo

Los hinchas de Barcelona criticaron a Segundo Castillo, tras caer ante River Plate en la Copa Libertadores.

La derrota (3-2) de Barcelona ante River Plate en el estadio Monumental de Guayaquil, por la Copa Libertadores, desató una ola de críticas entre los aficionados del Ídolo.

La caída no solo significó un traspié en el torneo continental, sino que también avivó el descontento con el técnico Segundo Castillo.

Lea también: Barcelona se complica en la Copa Libertadores tras caer 3-2 ante River Plate en Guayaquil

Los hinchas, que inicialmente veían con curiosidad los extravagantes atuendos del entrenador ecuatoriano, ahora expresan su frustración en redes sociales, exigiendo un cambio de prioridades: menos énfasis en la apariencia y más enfoque en el rendimiento futbolístico.

Los llamativos trajes de Castillo, que alguna vez captaron la atención mundial e incluso fueron elogiados por revistas como Vogue Italia, han perdido su encanto para la afición.

En plataformas como X, los comentarios reflejan un sentir generalizado con Segundo Castillo, a quien acusan de preocuparse más por su apariencia, que por los resultados en la cancha.

La presión sobre Castillo se intensifica tras un arranque prometedor en la Copa Libertadores, donde Barcelona logró victorias destacadas, como la goleada 3-0 ante Corinthians.

Sin embargo, la reciente derrota ante River Plate, sumada a otra caída frente a Universitario de Perú, ha puesto en duda su capacidad para liderar al equipo en instancias clave.

Los hinchas critican la falta de un planteamiento táctico sólido, señalando que el equipo no muestra el nivel competitivo esperado para un club de la talla de Barcelona.

A Segundo Castillo le está quedando grande, según los aficionados, el traje que verdaderamente importa: el de director técnico del Ídolo.

Mientras el equipo se prepara para futuros compromisos en la Copa Libertadores y la LigaPro, donde aún lidera, la paciencia de la hinchada se agota.

La exigencia es clara: menos desfiles de moda y más estrategias que devuelvan a Barcelona a la senda del triunfo.

Si no ajusta el rumbo, Segundo Castillo podría ver su elegancia opacada por los resultados en el campo.

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